Hay varias percepciones erróneas con respecto a la edad y el running. Correr es un deporte de impacto y muchos son los especialistas que ante el menor síntoma recomiendan dejar de practicar deporte. La edad, por tanto, juega un aspecto determinante para vincularse o no a una actividad deportiva. Aquí vamos a analizar dos de las más importantes relacionadas con el running y de los mitos más extendidos en nuestra sociedad:

“Correr es para los jóvenes” 

Hace muchos años se creía que el punto álgido de un corredor se encontraba sobre los 20 años de edad, y que el corredor estaría a punto de retirarse cuando rondara los 30. Un tipo que corriera teniendo 40 años era algo fuera de lo normal literalmente, y seguir compitiendo con más de 50 era simplemente considerado como una locura o demasiado arriesgado para las rodillas, la espalda, etc.

Hoy en día sabemos que muchos hombres y mujeres pueden correr (y de hecho corren largas distancias como maratones, ironman, ultramaratones) con 60, 70 e incluso 80 años, obteniendo muchos beneficios a nivel de vitalidad y salud en general.

Está claro que todos inevitablemente nos volvemos más lentos según vayamos envejeciendo, pero eso no nos hace menos capaces de experimentar el placer y la vitalidad que aporta el running a todos sus practicantes. Un corredor viejo es simplemente un corredor diferente de uno joven, pero no por eso es menos capaz de disfrutar del mismo modo. La prueba es que cada cierto tiempo aparecen corredores con altas edades que baten récords de distancias, de número de pruebas completadas, en incluso de velocidad, algo menos asociado a la “tercera edad” El polaco Stanislaw Kowalski, en la foto de cabcera, logró el récord de Europa de persona más anciana en completar la prueba de los 100 metros al hacerlo con 104 años de edad. Lo hizo con una marca de 32 segundos y 79 décimas.

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“Los niños no deberían hacer distancias largas”

Igual que se valora la idoneidad de correr a edades tardías, las edades tempranas también han sido objeto de análisis y opiniones relacionadas con la práctica del running. Y es que aunque ahora aceptamos la idea de que seguir corriendo según nos hacemos mayores está bien para la mayoría de la gente, nuestra sociedad tiene dudas acerca de permitir correr distancias largas cuando somos demasiado jóvenes. La pregunta aquí es: ¿Qué es ser demasiado joven? Navegando por internet encontramos cosas como que en EEUU un periódico de la ciudad de Baltimore hablaba de una niña de tres años que corría con cierta regularidad 10 kilómetros en un parque junto con su padre. Y también encontramos casos como el de un niño de 9 años, que corrió el maraton de Nueva York ¡por debajo de las tres horas! (¿Cuántos de nosotros mataríamos por una marca así…?).

A los expertos de la salud les preocupa que los padres pongan demasiada presión en los niños, y que demasiado entrenamiento físico les suponga algún problema relativo al crecimiento, lo que es totalmente comprensible. ¿Cuál es nuestra conclusión?: Que lo más importante es que los niños corran a su propio ritmo y en función de su propia motivación. Es obvio que las excepciones como el niño del maratón de Nueva York son eso, excepciones, pero siempre que se hagan las cosas con cuidado y equilibrio, y evitando hacer cosas para las que nuestro cuerpo no está acostumbrado, no debería haber ningún problema teniendo en cuenta que correr es algo natural para el ser humano.

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